sábado, 1 de septiembre de 2012

La Nación Extraña

Nací en una nación extraña con historias a medio contar y peculiaridades varias donde la persona a pie votó por traer a casa una idea que en otros lados solo entró con sangre, lo que no sabia era que esta idea se iría con sangre a manos de un peculiar tirano...

Después de ser muy castigado la persona a pie despachó al tirano con una nota que ponía " NO lo queremos en la cabecera de la mesa, pero sírvase cuanto quiera hasta que se muera" y así fue el tirano senador de por vida. En sus viajes varios visitó Inglaterra y le invitaron a quedarse hasta aclarar unas cuantas deudas impagas, así uno de sus niños vociferaba diciendo queremos a nuestro senador de regreso y al final regresó se murió y nunca pagó cuenta alguna.

Y así la historia se contó de boca en boca, cada quien con sus propios matices, por que para todo corto de frente es bueno aquel que le da pan o de igual manera subsidia su pobreza e idiotez a cambio de su libertad, educación y sus recursos, cuan pocos saben la verdad.

Al final el país se pinto de blanco y negro cada quien con su santo de devoción, por la tele y la radio peleas orquestadas y odios acordados, mientras bajo la mesa se repartían nuestras riquezas, la pelea nunca fue blanco o negro, sino que grupo de amigos se quedaba con el libro de dictar las reglas.

Así el niño que vociferaba resultó tener muchos trajes y cada uno a la medida de la ocasión unos pintaban blanco otros grises y algunos negros, era tiempo de elección y olvidado dejó su traje de abanderado del tirano, prometió hasta que le sangraron los dientes y culpó de todo a todos los demás (cabe señalar que casi todos sus predecesores siguieron la misma fórmula).

Pobre es la persona a pie que se maravilla con sonrisas de dos metros (impresas en lienzos que cuestan cada uno dos veces su salario mensual) con sus colores gastados y repetidos hasta decir basta, sin notar que no había en estos una sola propuesta concreta.

Muchos de aquellos que comulgaron contra el tirano votaron por el hijo del tirano por que era prometedor, olvidaron muchas cosas y mañana continuarán olvidando, olvidarán que ya no tienen derecho a protestar, a tener un salario que les permita pervivir con dignidad, a beber agua limpia, a comer cosas naturales, decidir que hacer con los recursos del país y que son dueños de sus cuerpos.

Este gran olvido guarda su semilla en el mas celado de todos  los derechos que hace mucho nos fue robado,usando una mezcla de desesperación por el pan del día a día, un temor enraizado a perder el sustento, un miedo a contrariar a la autoridad.
 todo este entuerto de olvidos se da sustento y  fuerza en nuestro perdido derecho a la educación, véase que mientras mas culto el hombre mas se entera de cuanto le han robado, mas claro tiene sus derechos y con mayor facilidad detecta y ataca la injusticia, conoce la historia, no la de los libros del colegio si no la que ocurrió en realidad, por que ve el macro y comprende que su país no está solo en el mundo.
Un hombre culto no toma partido, toma las riendas. supervisa a sus empleados y comprende que incluso el primer ministro es empleado suyo y le hace rendir cuentas, un hombre culto entiende que tiene derecho a practicar desobediencia civil cuando sus libertades y derechos son pasados a llevar, y que aún en una situación de institucionalidad jerárquica puede hacer objeción de conciencia cuando sus órdenes atentan contra lo que sabe que es correcto.

Esta nación extraña se ha topado con el límite de su tolerancia, se ha tropezado por ultima vez con sus olvidos y hoy reclama en voces jóvenes que no quiere volver a olvidar otra vez, exige ser educada y poblarse de personas cultas de manos firmes para tomar de una vez por todas las riendas de su nación.

Sueños en el Diván

Alan Dante Xtraviado.